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viernes, 10 de julio de 2015

Los mapas de Piri Reis



Hoy vamos a conocer una historia que, como tantas otras nos harán variar el concepto de historia tal y como la conocemos. Hoy nos trasladaremos al S. XVI para conocer a un intrépido y apasionado Almirante turco. Hoy conoceremos la apasionante historia de: Los mapas de Piri Reis.

Para conocer y entender esta historia, es preciso que conozcamos primero a su protagonista: Piris Reis. Fue un conocido y muy famoso Almirante turco del S. XVI, apasionado hasta el extremo de la obsesión, de los mapas antiguos. Durante toda su carrera como marino mantuvo una costumbre, él y sus hombres, en cada puerto nuevo al que arribaban, recorrían todos los bares, tabernas y tugurios frecuentados por marinos que encontraban, en busca de mapas antiguos.

Fue en uno de esos viajes, frente a las costas de Valencia, en el año 1507, cuando el Almirante Peris capturó a unos marinos españoles, entre los que se encontraba uno que afirmaba haber sido uno de los tripulantes que acompañó a Colón en sus tres viajes hacia el nuevo mundo.

En todas y cada una de las ocasiones que el marino insistió, Peris lo cuestionó, hasta que llegado un punto accedió a escuchar su historia y sus argumentos. Fue entonces cuando el marino reveló que se trataba de uno de los timoneles de las naves de Colón. Ante tal revelación, Peris le preguntó si Colón estaba realmente loco o sabía que encontraría tierra cruzando el océano. El marino afirmó que Colón sabía lo que hacía, afirmó que Colón tenía una serie de mapas que le indicaban el camino y que precisamente él aun los conservaba.

Conociendo la obsesión del Almirante por los mapas, pronto convenció a aquel hombre para que se los entregara. Los mapas resultaron ser ciertos, mapas muy antiguos pero con unos trazos y exactitud extremos. Peris los juntó a todos los que ya tenía, consiguiendo así en 1513, el primer mapa mundi completo de la historia.

Ya en el S.XX, en 1929, un grupo de historiadores del Palacio de Tokcapi, en Constantinopla, encontraron durante unos trabajos de restauración una serie de mapas antiguos, que resultaron ser los originales mapas de Piri Reis. Aquellos mapas mostraban con suma precisión las costas de América del Norte y del Sur, así como datos muy precisos del continete polar Sur, la Antártida, que se supone no se descubrió hasta 1818.

Los escritos y apuntes del Almirante Piri Reis afirmaban algo que dejó inquietos a los investigadores, ya que afirmaba que ese mapa mundi había sido confeccionado en base a 20 mapas muy antiguos que pudo recopilar y 8 mapamundis que databan de la época de ¡Alejandro Magno! (siglo IV a. C.).

Pero si esto fuera poco, los datos comenzaron a ser contrastados y corroborados por Arlington T. Mallerey, todo un experto en mapas antiguos, y para sorpresa de todos, cuando pensaban que los mapas no podían ser exactos, al trasladar aquellos mapas a un globo terráqueo, los datos eran totalmente correctos.

Estudios realizados por expertos en mapas antiguos  revelaron que los mapas originales de Piri Reis pueden haber sido cuadros sacados de una foto a gran altura, algo totalmente imposible, pero no cabía otra explicación.

En todos los mapas de Piri reis, los ríos, cordilleras, las islas, desiertos y mesetas coincidían, pero había una rara exactitud. Por ejemplo, Groenlandia se representó como dos islas separadas, cosa que descubierta sólo recientemente por una expedición polar francesa; quienes usando instrumentos de medición sísmicos testearon bajo la superficie de las capas de hielos indicando que existía un espacio cubierto por hielo entre estas dos islas.

En la Antártida, una exploración fue realizada con tecnología similar a la que se utilizó en Groenlandia, el resultado no deja de inquietar: ¡montañas y valles bajo el casquete polar!, coincidiendo con lo expresado en los mapas de Piri Reis.

En enero de 1966, el Profesor Charles H. Hapgood explicó el descubrimiento sensacional:

“Esto es extraordinario. Se supone que nadie ha descubierto Antártica hasta 1818, trescientos años después de Piri Reis, y se considera como inconcebible que los griegos, romanos, babilónicos o fenicios pudieran navegar hasta latitudes tan lejanas. Se supone que la capa de hielo en la Antártica es de una antigüedad de varios millones de años y por consiguiente ha existido desde mucho antes de la aparición del hombre en la tierra. La sugerencia de Mallerey (que alguien había trazado el continente polar sur antes de que la capa de hielo se generara) parecía ultrajante y científicos se negaron a aceptar esta teoría“.


Parece increíble que cartógrafos antiguos tenían mapas que eran más exactos que los mejores mapas producidos hasta ahora. La pregunta que nos queda ahora es saber cómo fueron realizados esos mapas con tal precisión. Es ahora cuando llega el momento de contar una leyenda que tenían los griegos , la leyenda de un artefacto capaz de surcar los cielos...