El misterioso cuadro "El niño que llora", es una
reproducción de una serie de cuadros que el pintor italiano Bruno Amadio, al
que la historia bautizaría con el nombre de Giovanny Bragolin. El niño que lora
es una de las reproducciones de una serie de cuadros que durante la década de
los 50 fueron muy populares. Hay muchas versiones, muchas de ellas alternativas
y de muy diversas formas, pero lo cierto es que todas tienen como tema central
los niños y niñas que lloran...
La misteriosa historia del cuadro comienza el 4 de
septiembre de 1985, cuando el diario "The Sun" afirma que, tras
sofocar un incendio en una vivienda de Yorkshire, de entre las ruinas
calcinadas son halladas intactas las copias de las citadas pinturas.
El misterio sobre las pinturas que fueron capaces de
sobrevivir a las llamas comenzó a extenderse, de manera tal que, el bombero que
lass encontró dijo que a ellos les tenía prohibido quedarse con esas copias de
las pinturas, por lo que solicitaban voluntarios apra quedárselas.
Muchos
fueron los que se ofrecieron voluntarios para colgar en las paredes de sus
casas estos cuadros, pero cabe decir que durante los siguientes años, muchas
fueron las casas de los nuevos dueños de estos cuadros que perecieron entre las
llamas de manera inexplicable.
Estas macabras y extrañas coincidencias pronto fueron
conocidas y difundidas por los diarios británicos, de tal modo que a finales de
1985, la creencia de que estos cuadros estaban malditos se extendió de tal
manera, que el propio diario "The Sun" convocó una quema masiva de
estos cuadros.
La leyenda de los cuadros comenzó a crecer y había quien
aseguraba que la maldición no cesaría hasta que el cuadro de la niña y el niño
se colgasen juntos en la misma pared.
Muchos años después, Steve Punt, escritos y cómico
británico, realizó una exhaustiva investigación sobre la maldición y sobre los
cuadros, descubriendo, gracias a las pruebas que se le practicaron a los
cuadros que, el motivo por el que no se quemaron era porque el barniz con el
que se pintaron era ignífugo.
Se dice también que las lágrimas que le brotan al niño de su
cara son a causa de la tristeza que la provoca el hecho de haber matado a su
hermana de "manera accidental", pero lo cierto es que todas aquellas
personas que lo han tenido entre las paredes de su casa, afirman que atraía de
manera exagerada la "mala suerte".
Si observamos con detenimiento la ropa del niño, podemos ver
como su camiseta parece tener la forma de un pez o monstruo gigante que lo está
devorando. Esta teoría, defendida por muchos, afirman que es la cierta, ya que
sobre el pintor existe una leyenda muy oscura y difícil de aclarar.
Han querido ver nexos con muchos temas, muchas conjeturas y
muchos motivos para justificar la pintura en sí, pero lo cierto es que a día de
hoy nadie se ha atrevido a quedarse con el cuadro o tenerlo en su casa por
mucho tiempo.
Verdad o no, lo cierto es que el misterio que pesa sobre
estos cuadros a día de hoy continúa vivo... Y muy vivo.