Hoy vamos a conocer la historia de un lugar idílico, un
sitio digno de aparecer en los sueños de todos aquellos que desearan un sitio
conde vivir. Hoy conoceremos la historia de la Plantación Haw Branch, un lugar
lleno de historia... y maldiciones.
La Plantación Haw Branch, situada en el condado de Amelia,
Virginia , en su época de esplendor era considerada como una
casa de ensueño. Era sin lugar a dudas la más bonita de las casas de la zona.
Grandes jardines, enormes zonas ajardinadas y un césped perfecto, fosos y
enormes chimeneas hicieron de este lugar un sueño hecho realidad.
Abandonado desde 1914, en 1964 cuando cumplía 50 años de
abandono, lejos de lo que fue en su momento, aquel lugar había perdido todo su
esplendor. Gibson McConnaughey recibió la noticia de que había heredado aquel
lugar, y no dudó en comenzar de inmediato los trabajaos de restauración para
volver a darle a aquel maravilloso sitio su belleza original.
Muy poco tiempo después de comenzar con las obras, la
familia McConnaughey comenzó a escuchar ruidos muy extraños por toda la casa,
pero lo que más les llamó la atención era el extraño e intenso olor a rosas o
naranjas que en instantes y de repente invadía muchas de las estancias de la
casa, sin que allí hubiera tales frutas o flores.
La familia se acostumbró y aprendió a convivir con los
fenómenos, hasta que un día el matrimonio vio como del granero salía una
persona con una lámpara en la mano dirección a la casa. Asustados, esperaron a
que la persona estuviera cerca y se acercaron, comprobando atónitos como la
lámpara se encontraba suspendida en el aire sin explicación lógica alguna.
Los días fueron pasando, pero justo cuando hacía tres meses
desde que comenzaron a suceder estos extraños hechos, la familia al completo
fue despertada en mitad de la noche por un aterrador grito que procedía del
desván. Tan estremecedor y fuerte fue el grito, que ninguno quería ser quién
buscara en mitad de la noche el origen del estremecedor grito. Fue a la mañana
siguiente cuando salieron todos juntos en busca de la mujer que durante la
noche los despertó gritando, pero no encontraron a nadie. En la casa no había
nadie más que ellos.
Todo pasó a la normalidad, hasta que, justo cuando se
cumplieron seis meses desde aquella noche, se repitió la misma situación. Pasó
el tiempo y se dieron cuenta que aquel terrorífico grito durante la noche se
repetía cada seis meses...
La familia aprendió a convivir con todas aquellas
situaciones, pero fue durante unaa noche en la que aquel estremecedor grito
despertó a toda la familia cuando algo cambió, fue entonces cuando el señor
Gibson pudo ver una imagen, parecía ser quien gritaba, según sus propias
palabras: “Ella no era transparente, sino sólo una silueta blanca”
El hombre decía que sorprendentemente no recordaba ningún
rasgo facial de aquella mujer, sólo que llevaba un vestido que llegaba hasta el
suelo, típico de épocas pasadas. También afirmaba que sólo pudo ver a aquella
mujer durante unos instantes, se desvaneció frente a sus ojos sin dejar rastro.
La familia convivía como podía con aquella presencia y con
los extraños sucesos que en toda la casa se sucedían, pero aseguraron que poco
a poco todo fue en aumento, aseguraban que comenzaron a escuchar muchas voces fantasmales
ininteligibles que fueron aumentando con el paso del tiempo.
Todos estos hechos se sucedían por toda la casa, hasta que
un día llegó un regalo de un familiar, se trataba de un retrato que un primo de
la familia les enviaba. Era el retrato de una familiar que hacía mucho tiempo
murió de forma inesperada, Florence Wright. Lo cierto es que el aspecto del
cuadro era terrorífico, gris y opaco, pero la familia, pensando que se trataba
de una reliquia familiar decidió hacerlo un lugar en una de las paredes del
salón principal y colgarlo.
Con la llegada del cuadro se incrementó la presencia
fantasmal de la mujer, y también sus horrorosos . A partir de febrero del año
1970 se inició una transformación sorprendente del retrato, el cabello se hizo
más claro, una rosa en la base del cuadro empezó a tornarse de un color rojizo
luego de ser originalmente gris, la piel de Florence empezó a tener un color de
piel muy natural, dejando a un lado el color gris. Pasado el tiempo el retrato
ya presentaba un hermoso color rojo en el cabello y unos profundos ojos azules,
además de una hermosa silla verde brillante. El cuadro despedía una preciosa
vitalidad, digna de una imagen viva.
Tras este sorprendente proceso, la familia contrato a un
psíquico que analizó la imagen a profundidad y llegó a la conclusión de que la
señora Florence Wright había quedado encerrada en la pintura tras su muerte,
por lo que usaba los colores de la misma para alimentar su felicidad en el
lugar donde habitaba. Las voces escuchadas en la finca se atribuyeron a espíritus
amigos de Florence, que luchaban junto a ella para liberarla del cuadro. El
psíquico aseguro que la finca es el nuevo hogar de la señora Florence, ya que
el recinto tiene una energía especial, algo que él llamó una “atmósfera espiritual”.