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lunes, 18 de mayo de 2015

Los 6 misterios de la última cena de Leonardo da Vinci.




Hoy nos adentraremos en  una de las obras de arte que más ha dado que hablar. Una obra de arte que desde hace décadas tiene en ascuas de todos los investigadores, tanto artísticos como del misterio. Hoy profundizaremos en una de las obras más representativa y misteriosa de Leonardo da Vinci "La última cena".

"La última cena", es sin duda el título de la obra más conocida de Leonardo da Vinci. Pintada en 1497 y reproducida infinidad de veces, la original permanece allí donde fue pintada en su origen, el convento de Santa María delle Grazie en Milán (Italia).

Mucho se ha dicho y escrito sobre lo que hay y no hay en este cuadro, sobre los mensajes secretos que oculta al mundo. Mensajes que el propio da Vinci habría ocultado en la pintura para no ser acusado de hereje. Hoy conoceremos 6 de los misterios religiosos que la misteriosa obra esconde.

El primero de los misterios es el de Tadeo, representado en el penúltimo lugar de la derecha de la pintura, cuyas facciones son tan similares a las del propio Leonardo, que pudiera creerse que se trata del propio artista.

Pero el hecho de que se encuentre de espaldas al propio Jesús no es casual, ya que el motivo era representar en la imagen la desconfianza que tenía Leonardo da Vinci a la creencia del propio cristianismo. Una desconfianza que en aquella época seguramente la habría costado la vida por hereje.

- El segundo de los misterios de la pintura nos lleva a Simón Zelote, situado a la derecha del todo de la imagen, cuya cara es copia exacta de un busto de Platón, personaje por cierto, muy mal visto por la Iglesia.

- El tercero de los enigmas que encierra la pintura de Leonardo da Vinci es el gemelo de Jesús, Tomás.  Muchos son los que piensan que Tomás era realmente hermano gemelo de Jesús, incluido el propio Leonardo, dejando constancia de ello en la pintura.

El nombre de Tomás significa "gemelo" en arameo, por lo que si realmente Tomás era el hermano gemelo de Jesús, se podría llegar incluso a dudar de la resurrección de Jesús...

- El cuarto de los misterios del cuadro nos acerca el misterio que encierra María Magdalena. Muchas son las obras que ponen  a María Magdalena como figura principal en la vida de Jesús,  algo negado por la Iglesia y algunos escritos interesados de la época, sabiendo esto, Leonardo de Vinci, queriendo representarla en la imagen sin ser por  ello censurado, la vistió de apóstol y la situó lo más próxima que pudo del propio Jesús, aunque sus facciones muestran claramente la feminidad de su rostro.

- El quinto de los misterios de "La última cena" se  trata del mensaje real que Leonardo da Vinci trata de transmitir con el único cuchillo que se puede apreciar en toda la imagen.

Si uno es curioso y muy observador, apreciará fácilmente que el único cuchillo que se puede encontrar en todo el cuadro está en manos del Pedro, el cual lo sostiene de una forma un tanto extraña, casi antinatural.

Da Vinci, al poner el único cuchillo en las manos de Pedro lo que hace es transmitir un sentimiento muy humano y natural que pudo tener Pedro: la envidia hacia el propio Jesús.

Pedro era consciente de que Jesús y María levantarían por sí solos una religión propia, y como cofundador, se sentía ultrajado. De hecho, si profundizamos en la pintura, podemos ver como el propio hermano de Pedro, Andrés, observa sorprendido la actitud de su hermano y levanta las manos en señal de completo desacuerdo con lo que hace.

- El sexto y último misterio de la pintura, tras la más que evidente falta de fé de Leonardo da Vinci, se puede observar con las vestimentas de los propios apóstoles.

Leonardo no pinta a ninguno de los apóstoles de manera opulenta ni divinos, sino como personas con sentimientos mundanos y cercanos a los hombres, como cualquier otra persona de la época. Así como la falta total de aureolas en las cabezas de los presentes, cosa habitual en la época, donde las figuras de personajes con figuras santas eran representados con una aureola, para diferenciarlos de los no santos... Pero da Vinci no lo olvidó por casualidad.


Muchas son aun las incógnitas que nos depara este cuadro, como por ejemplo el hecho de que no aparezca por ningún sitio el cáliz, objeto de veneración y por el que muchos se han obsesionado en su búsqueda, o el hecho de que sea únicamente Judas el que va vestido con 3 colores a diferencia del resto de los presentes...