Corría el año 1944, como cada día, desde la capital del país
salía un tren con destino La Coruña. Un tres expreso correo, concretamente el
421. Por las características del tren y debido a que en la capital gallega se
encuentran múltiples acuartelamientos, bases y escuelas militares, en el tren
viajaban entre 600 y 1000 personas, en su mayor parte militares, pero también
un equipo de fútbol, el Betanzos, que regresaba de jugar un partido.
Cuando estaban pasando por el puerto de Manzanal, en la
provincia de León, operarios de la empresa ferroviaria detectaron un problema
de frenado en el tren, pero las órdenes de los responsables fueron muy claras,
tenían que continuar. El correo que portaban tenía que llegar como fuera a la
capital gallega, así que no podían detenerse por un pequeño problema en los
frenos.
Según bajaban el puerto, el tren comenzó acoger velocidad,
convirtiéndose en un proyectil sin freno ni control posible. En la estación de
la Torre del Bierzo, dos operarios trabajaban en las vías con una locomotora de
maniobra, ajenos a cualquier anomalía en las vías. La desgracia no tardó en
alcanzarlos, fueron embestidos por el tren que bajaba sin control y salieron
despedidos por los aires. El impacto fue muy fuerte, pero por lo que se supo,
sólo hubo algunos heridos, pero algunos vagones quedaron encajados en el
interior del túnel nº 20.
La gente de la zona, al escuchar el ruido del accidente
acudió de inmediato a auxiliar a las posibles víctimas, ya que se desconocía
totalmente lo que acababa de suceder. Pero lo peor estaba aún por llegar, Un
tren de Santa Fe se aproximaba en sentido contrario. De nuevo, dos operarios
fueron embestidos por la locomotora, muriendo uno de ellos en el acto y
quedando el otro mal herido.
El interior del túnel se convirtió en un horno para todos
los que se encontraban atrapados en los vagones. Se oyeron numerosos disparos,
es probable que fueran de los militares que en el interior de aquel mortal
túnel, prefirieron quitarse la vida a morir carbonizados.
La estimación oficial fue que murieron entre 250 y 500
personas en aquel túnel, pero lo cierto es que se desconoce la cifra real.
Durante mucho tiempo, fue la mayor tragedia ocurrida en accidente ferroviario
del mundo.
Pese a lo terrible de la historia, unos días antes sucedió
algo que hacía prever la tragedia. Un hecho misterioso al que aun a día de hoy
no se le ha encontrado explicación ni respuesta. Un vecino de la cuidad de
Astorga llamado Pablo Herrero, fue al cuartel de la Guardia Civil a denunciar
lo que le acababa de suceder. Afirmaba que el 31 d diciembre, 3 días antes de
que ocurriera el fatídico accidente, mientras viajaba en ese mismo tren, en la
estación de Valladolid subió un extraño revisor, ataviado con su capote
ferroviario, y a todas las personas que ocupaban el vagón en el que se
encontraba Pablo les dijo que se había producido un accidente en los túneles de
Torre del Bierzo.
Tras las extrañas afirmaciones y la pertinente denuncia, la
juez encargada de accidentes ferroviarios de la época ordenó abrir una investigación
a varios jefes de estación, con la intención de encontrar a quien subió o a
aquel vagón. Lo primero que se pensó es que podía haber tenido algo que ver con
el accidente, pero lo cierto es que tras la investigación se demostró claramente que no había ningún
tipo de manipulación ni sabotaje en las líneas ferroviarias ni las máquinas que
causara la tragedia.
¿Quién fue ese misterioso personaje? ¿Cómo fue capaz de
saber lo que ocurriría 3 días después y el lugar exacto?... Premonición,
fantasma, viajero del tiempo... Sea como fuere, la verdad es que adía de hoy,
el misterio continúa abierto y sin ser resuelto.