En muchas ocasiones, suceden cosas que se escapan de nuestro
entendimiento, de nuestro raciocinio, nuestra mal llamada
"normalidad", y por ello lo descartamos de manera inmediata y decimos
que no es posible, que no es real, que no puede ser.
La historia que quiero compartir con todos vosotros hoy es
una historia que hace que nos planteemos muchas cosas, que pensemos en todos y
cada uno de los conceptos y creencias y paremos a pensar si algo más es
posible.
Es bien sabido que los niños tan pronto como empiezan a
hablar comienzan a contar historias de todo tipo, algunos excesivamente
detalladas, con datos exactos de personas, lugares, situaciones y vivencias que
en algunos casos nadie conocía. Podrían
ser considerados como resquicios de vidas pasadas, recuerdos que han permanecido a pesar del paso
de una vida a otra. Y a pesar que en el
mundo, más de la mitad de la población cree en alguna manera de reencarnación,
sin embargo, ese porcentaje disminuya a una mínima expresión en los casos de
hechos probados, en estas situaciones recurrimos a hechos empíricos. A pesar de
todo, nos encontramos a menudo con personas de todo el mundo que afirman y
demuestran conocer datos de personas que vivieron en épocas pasadas.
En muchas ocasiones, los escépticos afirman que las historias
que algunos niños cuentan no son más que meras historias inventadas, pero ante
la demostración en muchos casos de recuerdos en pequeños que, sin preguntarles,
pueden recordar detalles tales como cuando murieron o si su anterior madre
tenía el pelo de una manera u otra, no saben que responder.
“En ocasiones
describen detalles que no han llegado a aprender en esta vida”, dijo el Dr. Ian
Stevenson, uno de los investigadores más importantes en las vidas pasadas de
los niños y que ha documentado más de 2.600 casos con “pruebas irrefutables”.
Uno de los casos que más ha sorprendido a los expertos es el
de un niño pequeño en Sri Lanka, que parecía tener recuerdos de su propio tío
fallecido. Pero lo más sorprendente fue que el pequeño afirmó ser el asesino de
su mujer, y de hecho su tío fallecido realmente había asesinado a su mujer, un
secreto celosamente guardado por su familia imposible que los supiera el
pequeño.
Poco antes de morir, un hombre llamado Ratran en Sri Lanka
dijo a su hermano, Tileratne Hami, que renacería como su hijo. En 1947, 19 años
después del fallecimiento de Ratran, Hami tuvo un hijo el cual llamó Wijeratne.
Poco tiempo después del nacimiento de su hijo, el padre de Wijeratne observó
que el pequeño tenía algunas similitudes con su difunto hermano, Ratran Hami.
Wijeratne tenía una piel muy oscura, mientras que sus otros hermanos y hermanas
tenían la piel muy clara. Además su brazo derecho era más corto que el izquierdo,
y los dedos de su mano derecha estaban malformados al igual que el lado derecho
de la caja torácica.
Hami, siendo consciente de las similitudes en la apariencia
entre su hijo y su hermano, le dijo a su esposa: “Mi hermano ha regresado”. A
la edad de dos años y medio, Wijeratne comenzó a caminar hablando consigo
mismo. Su comportamiento desconcertó a su madre, quien escuchaba sus palabras
con detenimiento. Él decía que había nacido con las malformaciones como castigo
por asesinar a su mujer. Conmocionada, su madre le pidió que repitiera lo que
había dicho, y de nuevo dijo que había matado a su mujer con un cuchillo y que
su padre actual era su hermano.
La madre le dijo a Hami lo que su hijo había dicho, y Hami
reveló el secreto a su familia por primera vez. Su hermano había sido ejecutado
tras ser declarado culpable del asesinato de su mujer. El pequeño finalmente
hizo un relato detallado del asesinato, arresto y ejecución de Ratran Hami,
dando abundantes detalles. Según la madre de Wijeratne, sus recuerdos eran
realmente asombrosos.
Este caso fue estudiado por los principales investigadores de
la reencarnación como Ian Stevenson. Wijeratne, que nació en 1947 en el pueblo
de Uggalkaltota, Sri Lanka, explicó públicamente su vida pasada, aunque su
padre se lo prohibió. Dio muchos detalles de las circunstancias que rodearon el
asesinato y recordó también la ejecución de su tío con sorprendente detalle.
Según los expertos, el niño no mostró ningún remordimiento y
dijo que iba a hacer lo mismo otra vez. La mujer al parecer se había enamorado
de otro hombre y quería anular el compromiso. Una de los detalles que más
sorprendió a los expertos fue que el niño una vez, cuando visito la casa de un
familiar, reconoció un cinturón de su tío (su supuesta encarnación de vidas
pasadas) que había dejado en casa de su tía. Se confirmó este hecho. Las marcas
en su cuerpo correspondían a las marcas del cuerpo de su tío, al igual que su
tono de piel oscura.
Definitivamente, en casos como el que os presento esta
tarde, poco cabe refutar, poco cabe dudar. No podemos más que pensar, os invito
a hacerlo , a meditar sobre las coincidencias que observéis en los pequeños que
os rodean...quizá os llevéis alguna grata o quizá muy desagradable sorpresa.
Este es otro de los casos de supuesta reencarnación. Cada cual que juzgue: La verdadera historia de Jenny Cockell
Aquí os dejo un adelanto de la próxima historia, para que os vayais poniendo en situación:
Que lo disfrutéis.