Hoy quiero compartir con todos vosotros la increíble
historia de un descubrimiento. La historia de un instrumento hallado por los
arqueólogos y del que a día de hoy desconocemos para qué se fabricó y cuál era
su uso. Hoy nos adentraremos en la historia del extraño: Mecanismo de
Antikythera.
En llamado mecanismo o el ordenador de hace más de 2000
años, ha sido y es uno de los misterios que más ha fascinado a los científicos.
Desde el mismo día de su descubrimiento hasta el mismo día de hoy, nadie ha
sido capaz de saber a ciencia cierta cuál es su función o la totalidad de
ellas, así cómo cuál es su manejo y funcionamiento.
El mecanismo de Antikythera fue descubierto en el año 1900
en Grecia, concretamente en la isla de Antikythera, de quien toma su nombre. Un
grupo de buceadores que se encontraban pescando y recogiendo esponjas por la
zona se toparon de imprevisto con el artilugio, que de inmediato les llamó la
atención. Se encontraba entre los restos de una galera hundida, según los
estudios realizados se cree que alrededor del año 80 a.C.
Esta extraña máquina, que en la actualidad se encuentra
expuesta en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas, está formada por 32
ruedas dentadas y con inscripciones relacionadas con el Sol, la Luna, los
signos del zodíaco y otros astros.
Un análisis en profundidad demostró que el extraño
instrumento se compinía de complejos mecanismos de engranajes de bronce que se
asemejan mucho los que tienen los relojes de cuerda de la actualidad, pero
tremendamente perfeccionado. Se llegó a afirmar que se podía estar ante una
"computadora analógica" que era usada en su época para el cálculo
astronómico.
Desde su descubrimiento, el extraño objeto ha sido examinado
y estudiado de manera exhaustiva en busca de soluciones, tratando de averiguar
realmente el uso y propiedades que escondía, ya que se sabía que con él se
podía ser capaz de calcular la posición de los astros, así como del calendario.
Se sabe que muchas otras culturas y monumentos también
fueron construidos para tales fines pero ante el mecanismo de Anthykithera nos
encontrábamos ante la primera máquina tan compleja, que nos permitía conocer y
calcular posiciones de planetas y cuerpos celestes y fechas aproximadas en las
que sucedería.
Lo cierto es que se
ha tratado de averiguar su origen, su funcionamiento concreto así como todas
las posibles utilidades del misterioso objeto, pero nada se ha logrado avanzar.
Es bien sabido que de no haber sido por aquellos pescadores, nunca habríamos
sido testigos de una de las maravillas que nuestros antepasados fueron capaces
de fabricar. Pero ahora bien, si hay algo de extraño que rodea a este extraño
objeto, a parte del propio objeto en sí, es que a pesar de la gran cantidad de
excavaciones e investigaciones arqueológicas que se han hechos en restos
hallados de la antigua Grecia, nada se ha encontrado que se asemeje, ni por
asomo, ninguna obra de literatura, ningún tratado de ciencia, nada...
Muchos estudiosos del mecanismo se han llegado a preguntar
si el mecanismo en sí no es un fraude y para ello se han estudiado
detenidamente todos los datos que se tenían
a cerca del descubrimiento mismo del objeto, así como de los restos que
junto a este objeto se hallaron para corroborar la veracidad de su procedencia.
De estos estudios se supo que, si bien la historia de los
pescadores era cierta, durante una jornada de pesca como cualquier otra, un
grupo de pescadores dodecaneses fue arrastrado por culpa de una tormenta contra
las costas de Anthykithera, al sur de Grecia. Allí, en lo que parecía ser una hondonada
de unos 60 metros hallaron los restos del naufragio de un barco antiguo. Entre
los restos encontrados, en su gran parte objetos de bronce y estatuas de
mármol, con ayuda de arqueólogos estudiaron y clasificaron todas y cada una de
las piezas encontradas. En 1901 se sabe que dieron por finalizadas las tareas
de búsqueda y rescate de los restos debido a las dificultades técnicas con las
que se estaban enfrentando, ya que debían bucear sin equipos ni material
adecuado.
Varios meses después, un arqueólogo del Museo Nacional,
Valerios Stals, mientras examinaba más en detalle cada uno de los restos que se
habían encontrado de piezas de bronce, descubrió un extraño objeto, una pieza
mecánica que no sabía cómo clasificar. Se acababa de descubrir el mecanismo de
Anthykithera.
Los restos fueron datados alrededor del año 65 +/- 15 antes
de Cristo, y de supo que la nave procedía de Grecia dirección a Roma. El
extraño objeto presentaba los mismo síntomas de corrosión que es resto de
objetos encontrados entre los restos del naufragio. Benjamin Dean Merritt,
epigrafista, analizó el objeto y las inscripciones que se descubrieron en él,
y aseguraba que se trataba del tipo de escritura y la forma de las letras
típicas del primer siglo antes de Cristo. Según Dean Merritt, la parte más
extensa de los escritos que tiene el extraño objeto, corresponden a un
"parapegma", un calendario astronómico, similar al que en el año 77
antes de Cristo escribió Germinos.
Por si todo esto fuera poco, cabe mencionar un detalle, el
Islam también poseía un "ordenador astronómico", aunque mucho más
simple y sencillo que el de Anthykithera. En el Museo de Historia de la Ciencia
de Oxford, hay una "maquina" parecida del siglo XIII, que muestra los
ciclos solares y de la luna. Este mismo diseño lo podemos observar en
mecanismos similares retrocediendo en la historia hasta llegar a Biruni, en el
año 1000 después de Cristo.
En la actualidad se han hecho réplica y muchos estudios para
llegar a conocer el funcionamiento y la totalidad de las funciones de este
extraño mecanismo, pero hasta el día de hoy, todo sigue siendo una incógnita...