Hoy vamos a conocer la historia de una carretera, la
verdadera carretera de la muerte. Puede que este término haya sido adjudicado a
muchas otras, pero os aseguro que ésta es la que mejor y más se lo merece.
Si bien puede que alrededor del mundo haya muchas carreteras
en las que las fatalidades se han sucedido en múltiples ocasiones, estoy seguro
que ninguna de ellas tiene en terrorífico récord de muertes, más de 2000.
Haciendo un poco de memoria, podemos recordar cómo no hace
muchos años, la rivalidad entre Estados Unidos y la antigua Unión Soviética era
terrible, pues bien, esta rivalidad les llevó a tener que abrir nuevos
mercados, nuevas rutas comerciales, nuevos caminos en definitiva.
Esta necesidad llevó a Stalin a utilizar a miles de
prisioneros en la construcción de una carretera que unía dos ciudades del
círculo Polar Ártico, Magadan y Yakutsk, separadas por más de 2000 kilómetros
en condiciones climatológicas extremas.
Estas condiciones climáticas, unidas a la falta de higiene y
todas las carencias que podamos imaginar propias de la época, hizo que cientos,
miles de personas perdieran la vida durante la construcción de la vía. Pero lo
macabro no es esto, lo peor de la historia llega al conocerse que, según muchos
afirmaron posteriormente, aquellos que morían, eran echados a las zanjas
cavadas a los lados de la carretera o echados en mitad de la vía para quedar
atrapados sus cuerpos entre los cimientos de esa carretera para siempre.
Un manto de silencio bajo los cimientos de la carretera,
miles de vidas enterradas en una carretera. Se dice que durante la época de
deshielo, aun hoy día son muchos los restos humanos que suelen aparecer al
margen de la carretera, pero lo peor son los restos de las miles de personas
que nunca aparecerán, aquellas que yacen bajo la carretera.
Por si esto no fuera poco, la zona es muy conocida por ser
una vía con una altísima tasa de siniestralidad, lo que ha provocado que los
muertos a sus espaldas aumenten sin límite hasta nuestros días.