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viernes, 27 de marzo de 2015

Tartini y Paganini, los violinistas del Diablo.



Atendiendo a lo que alguno de vosotros me solicitó, hay vamos a compartir la historia de dos músicos, dos violinistas que pasaron a la historia por ser verdaderos genios del violín, pero también conoceremos sus extraños y misteriosos vínculos con el Diablo. Hoy conoceremos la misteriosa historia de Giuseppe Tartini y Nicilo Paganini.

Si hay una canción por excelencia dedicada al mismísimo Diablo, esa es precisamente "La sonata del Diablo", de Giuseppe Tartini.

Giuseppe Tartini fue un músico del S.XVIII al que desde siempre acompañó un aura de misterio. Un aire misterioso rodeaba todo aquello que hacía o componía, por lo que parecía desde sus comienzos estar predestinado a componer "La sonata del Diablo".

Los problemas causados por haberse enamorado de quien se enamoró, una dama con la que finalmente se logró casar, pero que también era pretendida por el Cardenal Cornano, lo que le causó múltiples enfrentamientos y amenazas, llegando a provocar su exilio.

Pero su pasión siempre fue la música, y eso no logró remediarlo nadie. Tartini, obsesionado como estaba con perfeccionar su técnica, se cuenta que llegaba a pasarse hasta 12 horas seguidas practicando y componiendo. Su objetivo era convertirse en el mejor violinista de la historia y parece que si no lo fue, poco le faltó.

Tenía por costumbre encerrarse y practicar hasta la extenuación, llegando al punto de conseguir "inventar" un nuevo sonido, el llamado "Sonido de Tartini" o el "Tercer sonido". Además fue el creador de complejos tratados musicales y un compositor único. Cabe decir que en sus composiciones, Tartini tenía la costumbre de anotar versos, como buen amante de la poesía que era, pero esas anotaciones son otro de los grandes misterios que lo acompañaban, ya que son casi indescriptibles.

Pero si por una cosa pasó a la historia Giuseppe Tartini fue por lo que él mismo relató: 

"Una noche, en 1713, soñé que había hecho un pacto con el Diablo y estaba a mis órdenes. Todo me salía maravillosamente bien; todos mis deseos eran anticipados y satisfechos con creces por mi nuevo sirviente. Ocurrió que, en un momento dado, le di mi violín y lo desafié a que tocara para mí una pieza romántica. Mi asombro fue tan enorme cuando lo escuché tocar, con gran bravura e inteligencia, una sonata tan singular y romántica como nunca antes había oído. Tal fue mi maravilla, éxtasis y deleite que quedé pasmado y una violenta emoción me despertó. Inmediatamente tomé mi violín, deseando recordar al menos una parte de lo que acababa de escuchar, pero fue en vano. La sonata que compuse entonces es, por lejos, la mejor que jamás he escrito y aún la llamo "La sonata del Diablo", pero resultó tan inferior a lo que había oído en el sueño que me hubiera gustado romper mi violín en pedazos y abandonar la música para siempre."

Se dice que tras este sueño, influenciado o guiado por el mismo Diablo, Tartini pasó a la historia por componer la que fue conocida como la mejor y más difícil composición para violín de la historia. No sabemos si fue realmente ayudado por el Diablo o no, pero la obra de Tartini consta de más de 150 conciertos y más de 100 sonatas para violín, por supuesto.

Aquí podéis escuchar la famosa "Sonata del Diablo".

Pero si la historia del Giuseppe Tartini sabía a poco, en el mismo siglo nació Nicolo Paganini, violinista y genio. Se dice que hasta el día de hoy, es el mejor violinista que ha existido.

La historia de Paganini no tiene nada que envidiar a la de Tartini. Paganini, muy poco agraciado físicamente, desde muy niño fue educado en el violín, primero por su padre, quien lo educaba durante extenuantes sesiones con extrema dureza, llegando incluso a pegarle, tanto en privado como en público cuando cometía errores con el instrumento.

Se dice que la obsesión de Paganini era tan, que con motivo sus interminables sesiones de ensayos, se llegó a deformar los dedos de las manos, llegado según cuentan, a medir extendidos 45 centímetros.

Sobre Paganini se ha escrito de todo y en todos los sentidos, pero después de todo, nadie es capaz de afirmar cómo era capaz de lograr semejantes actuaciones y tocar el violín de la manera que lo hacía, y en las condiciones que lo hacía, os contaré una anécdota de cuna de sus actuaciones que han escrito.

Se dice que durante una de sus actuaciones, con el auditorio lleno, ante el delirio del público la orquesta y Paganini se colocan en sus puestos y comienza el concierto. Se dice que durante la actuación, un sonido extraño se escuchó, sonido tal que hizo que el director de la orquesta parase para comprobar qué había sido. Paganini acababa de romper una de las cuerdas de su violín debido al ímpetu con el que lo tocaba. Viendo el director que Paganini no paraba de tocar, mandó continuar a la orquesta, pero pronto otra vez el mismo sonido. De nuevo el director de la orquesta manda parar y mira al músico, pero éste, como si no hubiese sucedido nada continuaba tocando, sin dos cuerdas ya, pero sin perder un solo acorde ni tono.

El público admirado y sorprendido, miraba con asombro lo que Paganini estaba siendo capaz de hacer con dos cuerdas menos. El director de la orquesta mandó continuar, pero poco tiempo pasó hasta que una tercera cuerda se rompió. Expectante, el director de la orquesta miraba incrédulo al músico, pero éste continuaba como si no pasara nada, absorto por su propia música.

De manera que nadie supo explicar, Paganini, con una sola cuerda, consiguió sacar todos los sonidos que le hicieron falta para no perder ni un acorde. El director de la orquesta, los músicos que lo acompañaban y el propio público quedó atónito ante lo que estaba sucediendo. Paganini acababa de alcanzar la gloria y la fama mundial.


Se dice que Paganini hizo un pacto con el Diablo para alcanzar la gloria y pasar a la historia.