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lunes, 30 de marzo de 2015

La maldición de Tutankamon. ¿Realidad o coincidencia?



Hoy quiero que me acompañes al antiguo Egipto, nos adentraremos en sus misterios y leyendas, supersticiones o no, que han hecho que la vida de mucha gente cambiara, en el mejor de los casos, desde el descubrimiento de la tumba de Tutancamon.

Esta increíble historia tiene su comienzo en 1922, cuando Howard Carter y Lord Carnarvon descubrieron y abrieron la tumba del que pasaría a la historia como el Faraón más misterioso y temido, Tutankamon. A partir de ese momento no han dejado de sucederse extraños hechos a todo aquel que intervino en aquella gesta...

Con la apertura de la tumba que contenía los restos de Tutankamon, afirman que el espíritu del Faraón despertó y maldijo a todos los que osaron profanar su lugar sagrado. Afirman algunas crónicas que cuando el último de los componentes de la expedición salió de la tumba, una gran tormenta de arena envolvió la fona, en especial se cebó con la entrada que los hombres acababan de utilizar para salir de aquel lugar.

A pesar de los malos presagios  y los rumores de las gentes del lugar, ninguno notó nada extraño ni fuera de lo habitual, pero tan sólo 5 meses después de aquel descubrimiento, Lord Carnarvon murió. La causa oficial de su muerte fue la picadura de un mosquito, pero lo curioso llega al saber que justo en el mismo lugar de la cara en el que le picó el mosquito, en la momia de Tutankamon afirman que tenía rastros de lo que parecía haber sido una cicatriz, en la mejilla izquierda.

Las extrañas coincidencias comenzaron a producirse también entre el resto de integrantes de aquella expedición, así el hermanastro de Carnarvon murió también, la causa oficial, peritonitis. Alí Farmy Bey, un autoproclamado descendiente de los antiguoa faraones, murió asesinado en la habitación del hotel en el que se hospedaba en Londres y su hermano se suicidó. Goerge Jay Cloud, quien afirmaba haberse resfriado en su visita a la tumba de Tutankamon, terminó enfermo de neumonía y murió. Por último Wood Joel, acompañó a sus compañeros hacia el viaje del no retorno tras una caída fortuita.

Por si todas estas coincidencias parecían se eso, meras coincidencias, continuaremos con las terribles historias de personas como Richard Bethell, quien colaboró activamente en la clasificación del tesoro encontrado, se suicidó, al igual que lo haría pocos meses después su padre. Afirman que en la habitación del padre de Bethell había un jarrón de alabastro original de la tumba de Tutankamon.

Se afirma que desde que se descubrió la tumba, todo aquel que ha intervenido de una manera u otra en los trabajos realizados ha tenido un  final trágico. Cuando en 1966 se quiso trasladar los tesoros a París, el director de antigüedades tuvo un sueño, en el que se veía así mismo sufriendo terribles daños si consentía y autorizaba el traslado. Trató de impedirlo hasta el último momento, pero los restos finalmente fueron trasladados, tras hablar con los responsables abandonó el edificio contemplando como los restos iniciaban su viaje, y al salir a la calle fue atropellado y murió consecuencia de las heridas sufridas...


Después de todos estos datos, cada uno que saque sus propias conclusiones...

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